Al cerebro humano le cabe el honor de ser el órgano del cuerpo humano mas complejo y, por tanto, desconocido. Esta doble condición ha hecho de su estudio el principio del fin de los animismos espiritualistas y religiosos de origen platónico, gnósticos (en el sentido oriental y occidental del término) ya fueren monistas orientales (advaita vedanta) o dualistas cristianas.
Pero, al mismo tiempo, y he aquí la paradoja. abrió un nuevo campo a la especulación y a la pseudociencia, y los nuevos conocimientos se vieron obligados a convivir con memes relacionados con el altísimo potencial del cerebro humano, siendo el mas destacado el de que tan solo usamos el diez por ciento de nuestro cerebro, mitos, por otra parte, traídos de la mano de oscuros y siniestros personajes como Lafayette Ronald Hubbard, fundador de la Iglesia o Secta de la Cienciología, dispuesto como otros a mostrar las posibilidades telepáticas y telequinéticas al cien por cien de su potencial de nuestros infrautilizados cerebros. Claro, que al pobre Einstein, objeto de las manipulaciones mas variopintas y al que se le atribuyen cientos de frases y citas que jamás pronunció, elevado al altar como paradigma de la genialidad humana universal, le tocó la papeleta de convertirse en modelo de cerebro utilizado a pleno rendimiento y por encima de nuestras posibilidades.
La regionalización del cerebro no es nueva surgió en el siglo XIX coincidiendo con el origen de la anatomía y fisiología modernas. Un mapa de zonas y compartimentos estancos como el que tenemos a la izquierda donde cada una de las zonas tenía sus funciones reservadadas se adaptaba perfectamente al nivel de conocimientos de la época. Época en la que ya se habían localizado las áreas responsables del habla de Broca y Wernicke. Lo cierto es que en esa época aún no se tenía noción de la plasticidad de este órgano y su consiguiente capacidad de sustituir las áreas dañadas desplazándolas a otras nuevas.
En la década de 1950 el neurocientífico norteamericano Paul Mac Lean desarrolló la teoría del cerebro triúnico o triuno según la cual el cerebro se puede dividir en tres estructuras principales, según la complejidad de sus funciones, hallando tres cerebros superpuestos:
- El Paleocéfalo o cerebro instintivo o reptiliano, que compartimos básicamente con el resto de los reptiles.
- El Mesencéfalo o cerebro límbico o mamífero, que compartimos con la mayoría de los mamíferos.
- El Neoencéfalo o cerebro cognitivo-ejecutivo o cerebro humano que, aunque lo poseen otros animales de forma poco evolucionada, se puede decir que es el que nos hace humanos por el desarrollo que alcanzó en el homo sapiens-sapiens, hace unos 150.000 años, según los antropólogos.
Los tres cerebros se desarrollarían según esta hipótesis en forma de capa uno por encima del otro.
De los pluricerebros al cerebro triangular y de aquí al cerebro dual.
El mito de los dos cerebros ha sido funcional, pues ha servido para dar explicación a ilusiones ópticas diversas. como la del sentido del giro de la bailarina a la que los zurdos pueden observarla girando en el sentido del reloj, los diestros en contra del sentido del reloj y los ambidestros en un instante la ven girando en una dirección y luego en la otra.
Niko Troje, psicólogo y director del Biomotion Lab en Queen's University de Canadá, explica por qué a veces la vemos girar en un sentido y en otras ocasiones en sentido opuesto: "Nuestro sistema visual, si tiene la opción de escoger, parece preferir la perspectiva desde arriba". Además, agrega: "Es un sesgo perceptual. Tiene sentido asumir que estamos mirando desde arriba a objetos que están sobre el suelo bajo nosotros, en vez de flotando en el aire sobre nosotros".
También, aclara que nada tiene que ver el tipo de personalidad o el hemisferio dominante en la persona con la percepción del movimiento de la figura, como se había especulado.
Sin embargo, aún se siguen aportando y explicando test de identificación de colores y conceptos, como el de la imagen de la derecha, en clave de conflicto entre hemisferios cerebrales, mas que como dificultades de interpretación de señales lógicas contradictorias en el plano analógico y conceptual, sin posibilidad alguna de encontrar interpretaciones alternativas al mito bihemisférico establecido e imperante.
El caso es que cuando un dogma científico se implanta acaba invadiéndolo todo, hasta el sentido común y al mundo de la publicidad, como en este anuncio de una marca de cerveza plagado de tópicos, aún peores que los de los ocho apellidos vascos, que identifican el sur y lo andaluz como lo pasional y lo festivo obviamente situado en el hemisferio derecho.
Afortunadamente se ha venido abajo a tiempo un mito que tiende a dividir a las personas en científicos y artistas, que pudiera tener consecuencias similares a las del determinismo genético denunciado en la película GATTACA.
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