lunes, 2 de enero de 2012

Qué es y qué no es la Revolución: Deconstruyendo el convencionalismo vigente


1 comentario:

  1. Si la sociedad es un orden definido por la construcción de un sistema que tiene por fin preservarse y resistir las perturbaciones, entonces toda identidad es funcional a ese fin. La revolución es el intento de suprimir ese orden, de abolir las identidades que funcionan para preservar el sistema y desecar todas las fuentes que lo alimentan. La revolución no aparece por causa del sistema, sino como resultado de situaciones que acontecen y no deberían ocurrir: por el azar,la incertidumbre, el error. Si el fin del sistema es su preservación es claro que la aparición de la revolución no puede estar definida dentro de los paramétros sistémicos, sino que acontece por acumulación de errores. Y como las identidades juegan un papel funcional al sistema es claro que la revolución las destruye. Hasta ahi todo bien: el cuadro que se dibuja del proceso histórico es el de una sucesión aleatoria, no continua sino por saltos: una historiografía discontinua. Y por supuesto que tiene su base: lo nuevo no puede surgir de lo viejo porque si lo hace no es algo nuevo, sino algo ínsito al sistema mismo, y si es nuevo está, por ello, al margén de lo viejo. Por tanto toda historiografía continuista, que quiere explicar el presente como consecuencia de un largo pasado postula la ineficacia de lo nuevo y la potencia absoluta de lo que ya está ahí desde siempre: es mítica.

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