Cuando llega alguien autodefiniéndose como ateo, agnóstico, etc para a continuación soltar alabanzas y bendiciones a la labor social de la Iglesia, lanzando como colofón toda su artillería pesada contra el laicismo hay algo raro por medio. Me recuerdan mucho a los del "yo no soy racista pero..." siendo esa objeción una cláusula "excipiens excipiendis" a su declaración antiracista inicial que queda totalmente invalidada.
El ateísmo confesionalista es mucho mas que un simple ateísmo políticamente correcto, es el flanco de batalla en el que se desenvuelve el confesionalismo integrista católico en el plano puramente político, que no es el de sus contenidos ideológicos y doctrinales sino el de sus posiciones y privilegios políticos y económicos en el juego del poder. Para centrar el campo de batalla en sus objetivos básicos necesitan previamente desembarazarse de un lastre doctrinal e ideológico que les permitirá enarbolar la bandera de un clericalismo racionalista, objetivista y escéptico.
El ateísmo confesionalista es mucho mas que un simple ateísmo políticamente correcto, es el flanco de batalla en el que se desenvuelve el confesionalismo integrista católico en el plano puramente político, que no es el de sus contenidos ideológicos y doctrinales sino el de sus posiciones y privilegios políticos y económicos en el juego del poder. Para centrar el campo de batalla en sus objetivos básicos necesitan previamente desembarazarse de un lastre doctrinal e ideológico que les permitirá enarbolar la bandera de un clericalismo racionalista, objetivista y escéptico.
Es lo que sucede con el artículo que a continuación enlazo.
Mis comentarios al respecto.
Empezaré diciendo que el autor es un bobo de solemnidad. Como dice uno de los comentarios, mal comienzo es ese de insultar a Robin Williams llamándole tontorrón para exaltar la memoria del misionero fallecido. Lo único que hizo Robin Williams fue morir el mismo día que el jesuita.
Otra comparación absurda: valorar mas a un misionero limpiándole pústulas a los negros que el legado del racionalismo y el positivismo occidental.
Si hoy existen enfermedades infecciosas erradicadas como la viruela, ese trabajo no se ha hecho limpiando pústulas sino desde cómodos laboratorios guiados metodológicamente por el racionalismo y el positivismo científico y con una adecuada utilización de recursos materiales, protocolos, grupos experimentales y grupos de control, y personal mínimamente cualificado: investigadores, bioquímicos, farmacéuticos, etc.
Se puede asegurar que todas esas instalaciones racionalistas han
salvado mas millones de vidas humanas que todos los misioneros y oenegés bienintencionadas juntas. Personas como Jenner, Pasteur, Fleming, Koch, Chain, Flore, hábiles observadores, no entregaron su vida por nadie pero salvaron millones de vidas sin necesidad de desplazarse a los lugares geográficos donde se focalizaban las infecciones. Es curioso que estas cosas se planteen siempre en clave mesiánica de situaciones límite, y es que 16 siglos de cristianismo no pasan en balde. Es curioso, pero la penicilina fue criticada por ciertos grupos religiosos para los que la sífilis era un castigo divino al que no debería oponerse la intervención humana, también la santa monja de Calcuta llegó a decir que el SIDA era el justo castigo a una conducta social desviada. Los metodistas también condenaron la invención del pararrayos por Benjamín Franklin ¿de qué otro modo podía manifestarse la ira de dios?
salvado mas millones de vidas humanas que todos los misioneros y oenegés bienintencionadas juntas. Personas como Jenner, Pasteur, Fleming, Koch, Chain, Flore, hábiles observadores, no entregaron su vida por nadie pero salvaron millones de vidas sin necesidad de desplazarse a los lugares geográficos donde se focalizaban las infecciones. Es curioso que estas cosas se planteen siempre en clave mesiánica de situaciones límite, y es que 16 siglos de cristianismo no pasan en balde. Es curioso, pero la penicilina fue criticada por ciertos grupos religiosos para los que la sífilis era un castigo divino al que no debería oponerse la intervención humana, también la santa monja de Calcuta llegó a decir que el SIDA era el justo castigo a una conducta social desviada. Los metodistas también condenaron la invención del pararrayos por Benjamín Franklin ¿de qué otro modo podía manifestarse la ira de dios?
Por cierto, cuando los dirigentes políticos obedecen ciegamente las directrices nacidas de los prejuicios de una confesión religiosa, perjudican gravemente tanto a la ciencia como a la humanidad. Fue el caso de cuando los gobiernos Aznar, aconsejados por la Iglesia Católica, paralizaron la investigación con células embrionarias, dejando en un cajón las futuras posibilidades de esa línea de investigación científica cara a una posible regeneración de células y tejidos nerviosos (¿os imagináis lo que podría suponer para los parapléjicos y para las personas afectadas de Alzheimer?), clonación de órganos para trasplantes, etc Por cierto, el Papa Benedicto XVI lanzó instrucciones criminales prohibiendo el uso del preservativo para evitar la propagación del SIDA. Afortunadamente, los misioneros no le hicieron ni caso.
Esta es la opinión de un ateo, consciente y consecuente de su ateísmo,, condición de la que me siento orgulloso, y no la de un pseudoateo libertadigitalizado y enmarhuendado que no sabe que el cerebro es algo que se usa para algo mas que embestir.
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