viernes, 25 de octubre de 2013

A propósito de un comentario: Acerca de los BRIC




Sólo comentaré la respuesta dada en el minuto 1:04:48 de su intervención, cuando aborda la respuesta acerca del papel de los BRIC (nuevas potencias emergentes, iniciales que señalan a Brasil, Rusia, India y China) en el sistema mundial.

Quien establece las normas y condiciones del campo de batalla es siempre el adversario. El deber de la izquierda debe consistir en comprender tanto esas condiciones como sus sistemas de contradicciones al objeto de insertar su estrategia y táctica política.

La postura de Anguita peca de de un exceso de simplificación y dogmatismo. No cabe la menor duda de que los BRIC son básicamente potencias económicas capitalistas y explotadoras y que no son motivaciones altruístas las que guían su intervención en el escenario internacional. Igual que los Estados Unidos buscan zonas de influencia estratégica, redes de abastecimiento de materias primas y nuevos mercados.

La configuración del mundo ha sufrido cambios sustanciales a lo largo de los últimos 30 años: de la bipolaridad de la Guerra Fría se pasó a la unipolaridad relativa de los Estados Unidos de la década de los noventa, convertido, junto a la OTAN, en el principal promotor de intervenciones militares en el Tercer Mundo (Invasión de Panamá, Guerra del Golfo y Guerra de Kosovo). 

En la actualidad, nos encontramos ante un mundo multipolar en el que los BRIC tienen una influencia destacada en el escenario internacional y donde la sola voluntad de Norteamérica de ordenar una intervención militar no es suficiente. Todos hemos presenciado cómo ha sido abortada la inminente acción militar contra Siria.

El genio político de Lenin, su pragmatismo y don de la oportunidad (no lo confundamos con oportunismo) le hizo comprender que por encima de los escrúpulos morales y los maniqueísmos doctrinales se encontraba la posibilidad de obtener provecho político de las circunstancias. No le preocupó lo mas mínimo ser tachado de traidor cuando los alemanes le ofrecieron la posibilidad de regresar a Rusia en un tren que atravesaría, desde Ginebra, las líneas enemigas para llegar a Petrogrado. 

Desconozco si conoció las enseñanzas del florentino del siglo XV padre de la política, aunque qué duda cabe, las supo poner en práctica. También el primer Mao, el gran estratega, sabía que era necesario firmar una tregua con su adversario secular, los nacionalistas chinos del Kuomintang, para centrar los esfuerzos en la lucha contra la invasión japonesa.

No es cierto, por tanto, que de los BRIC no pueda esperarse nada. De hecho, su existencia es y ha sido un factor decisivo en la emergencia de los países del ALBA y la CELAC, brindando la posibilidad de recibir transferencias de tecnología así como la firma de acuerdos comerciales y de cooperación militar fuera del régimen de monopolio detentado hasta entonces por los Estados Unidos de Norteamérica.

domingo, 25 de agosto de 2013

¿Divulgar o vulgarizar?


No es mi intención poner en tela de juicio la labor de quienes se dedican a la divulgación científica, tarea altamente encomiable, por otra parte. Sin embargo, la divulgación, como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Si se pierde la perspectiva es posible caer en la caricatura y la caricatura, como todos sabemos, mas que como reflejo de la realidad funciona como deformación, una deformación alusiva, referencial, pero deformación a fin de cuentas.




Ejemplos los tenemos a porrillo, quizá el mas significativo sea la reducción del darwinismo a la tesis "el hombre desciende del mono" que, al margen de vulgar es rotundamente falsa y, por tanto, deformadora de la teoría. Ahí se encuentra, a mi juicio, uno de los mayores riesgos de toda vulgarización, la inversión del contenido.

La teoría de la selección natural ha sido víctima de una palabra, la palabra evolución que, por cierto, no fue acuñada por Darwin sino por Herbert Spencer en ese contexto de culto teleológico al progreso y de las leyes de la competencia tan característico del siglo XIX. Los seres mas evolucionados serían, por definición, los mas progresistas y avanzados


El término que utilizó Darwin fue el de transformación o transmutación por selección natural, obviando toda connotación relacionada con el culto al progreso tan característico de la época. Así que por culpa de Spencer y sus vulgarizadores hoy aún se habla de especies más evolucionadas o menos evolucionadas, cuando lo correcto, en un sentido darwinista, hubiera sido referirse a especies mejor o peor adaptadas.

Si os digo la verdad, estoy hasta las narices de estas dichosas líneas y linajes de la evolución humana, de estos linajes rectilíneos representados así, en este gráfico de la derecha


Una vulgarización siempre es pedagógica, pero cuando se detiene ahí se convierte en tergiversación que induce a error, en un cuadro finalista que tiene que conducir por fuerza al homo sapiens, como si la evolución tuviese un propósito oculto, como si todo obedeciese a una teleología informada por cierto principio antrópico.


Para empezar, la línea es falsa. En evolución no existen las líneas sino complicados arbustos e incluso contraarbustos. Cada escalón, representado por una especie teóricamente antecesora, solo es una hipótesis, un arbusto escondido, nada que indique una secuencia, siquiera aproximada. El citado linaje de descendencia masculina también lleva implícito un claro sesgo sexista. Un gráfico de la evolución humana y sus decisivas transformaciones anatómicas habría que centrarlo en el linaje femenino. Precisamente es en la secuencia del  ADN mitocondrial de las hembras donde se puede descubrir una línea genética mucho más exacta del proceso evolutivo, al margen de cambios anatómicos tan ligados a la bipedestación y posición erguida como el estrechamiento del canal del parto y de la pelvis que implicarán un nacimiento prematuro de los hijos y, consiguientemente, una mayor implicación en su crianza y cuidados.


Pero ahí no está todo. Si a la ignorancia se le suma la tergiversación manipuladora e interesada nos podemos encontrar con ámbitos de la física subatómica que se han convertido en todo un filón para dar luz verde a todo tipo de supersticiones, desde el misticismo a las bilocaciones, hasta el espiritismo y lo paranormal. Obviamente, estos magucuánticos se declaran expertos conocedores en una materia que ni los mas expertos, como Feynman, admitían que fuese comprensible para nadie. O bien, cuando nos encontramos con presuntos programas de divulgación científica como Redes de Punset que al final ha abierto las puertas al mundo de lo paranormal

El problema radica en que muchos conocimientos son revolucionarios en el sentido que apuntaba Thomas Kuhn y que la instalación del nuevo paradigma requiere romper barreras y derribar barricadas, que no son otras que las de la concepción del mundo establecida y las del llamado sentido común. El riesgo radica que que el sentido común asimile el nuevo pensamiento desvirtuándolo y asimilándolo a su lógica y estructura, es decir, vaciándolo de contenido y eliminando al mismo tiempo todo cuanto tenía de novedoso.



La divulgación es necesaria, qué duda cabe, pero no a cualquier precio y menos aún cuando el precio implica caer de nuevo en las redes que tiende el siempre omnipresente pensamiento mágico y el mundo de la conspiranoia, cuyos memes se reproducen a una velocidad de vértigo en una sociedad como esta en la que dominan los medios de comunicación de masas en los que el espíritu crítico se entiende como un obstáculo a su propagación.
La Evolución se representa la mayoría de las veces como una línea recta cuando en realidad tiene mas similitudes con un racimo o con un árbol, muchas de cuyas ramas quedan segadas. El mayor inconveniente de esta concepción es que se confunden con ancestros o antecesores muchos especímenes que no han llegado a tener descendencia y han quedado extinguidos en el camino

El pensamiento mítico siempre contará con ventaja; es circular y autorrecursivo, rellena todos los huecos, solventa todas las dudas, es fácil de entender, comprender y asimilar y está permanentemente al acecho, como cualquier otro virus y el caldo de cultivo idóneo en el que se reproduce no es otro que la mala ciencia con su correspondiente universo de ideas simples y principios mal digeridos y cogidos por los pelos.




sábado, 3 de agosto de 2013

¿Existen las guerras de religión?

Como en el artículo anterior, una viñeta viral creada para las redes sociales es lo que me ha servido de
fuente de inspiración y reflexión para escribir un nuevo artículo del blog. Cuando una simplificación excesiva de las cosas se pone en circulación, se acaba creando un meme viral que con la fuerza de la repetición acaba instalándose y ocupando su lugar en el pensamiento y en el mundo de las creencias como sólidas verdades. Las intervenciones críticas cuentan con esa desventaja de partida: su necesaria complejidad no les permite interactuar en el mundo de los memes virales. Las burkas con kalashnikov, en cambio, si cuentan con esos ingredientes y aunque no quede definido el adversario, la identificación del mismo sujeto es mas que suficiente para colgar la leyenda adecuada.

La palabra "guerra" ha sido usada por el lenguaje muchas veces como figura retórica en un sentido figurado. Es corriente oír hablar de guerra de precios, aunque todos sabemos que ese tipo de guerras no se desenvuelven en el plano militar y tienen lugar en el mundo de la competencia y del mercado. Lo cual no implica, ni mucho menos, que el mercado y su control no sea objeto de guerras, pues ya sabemos que las llamadas guerras del opio promovidas por el Imperio Británico contra China no tuvieron mas objeto que el de imponer el mercado de este tipo de estupefacciente en China.

Tambien se ha hablado de la guerra del fútbol y no porque el fútbol, que en sí mismo es la escenificación de una guerra en el plano deportivo y bajo las normas del deporte, esté relacionado con la conflagración armada. La llamada Guerra del Fútbol, que durante escasos días enfrentó a Honduras y El Salvador a finales de los sesenta, fue el nombre dado al conflicto por cierta prensa, que sí que fue una guerra convencional a la que se llegó tras un periodo previo de tensión acumulada y en la que un encuentro futbolístico intervino como detonante.

El que toda guerra se presente como una violenta conflagración armada entre distintas comunidades, civilizaciones o culturas no tiene por qué implicar siempre la existencia de un móvil religioso. Ciertamente, en las guerras coloniales de conquista, alentadas por la extracción y apropiación de recursos, el hecho de que revistan móviles religiosos, como elementos de ambas culturas en conflicto, no las convierte tampoco en guerras religiosas. En la Edad Moderna el papel desempeñado por las religiones lo van a desempeñar los nacionalismos en tanto que religiones seculares o laificadas.. Mas aún, el concepto de guerra religiosa o guerra de religión no es un concepto científicamente acertado.

Haciendo abstracción de la base socioeconómica subyacente a todo conflicto, cabe reconocer la existencia de un sustento ideológico identitario cultural. En la antigüedad el sustento base fue eminentemente religioso, aunque, dependiendo del contexto histórico y social varió su identidad. El expansionismo romano precristiano hizo hincapié mas en la subordinación política y económica de las provincias conquistadas que en su control religioso. De hecho, toleró cierta autonomía religiosa local a las autoridades religiosas judías en la provincia de Siria, mientras en otros casos, las deidades de otras áreas de oriente como Frigia, Egipto, Tracia, etc fueron absorbidas e incorporadas al Panteón Romano.

Los monoteísmos emergentes en los siglos IV y VII, cristianismo e Islán, en cuanto confesiones estatalizadas, incorporaron activamente la confesión como identidad absorbente en los planos ideológico, político y social, mostrando una intransigencia radical tanto cara a sí mismas como guardianes de la ortodoxia frente a la herejía, como frente al otro, es decir, paganismo y monoteísmos restantes.

Aún así, las “guerras religiosas” que se van librando en la Europa a partir de la Baja Edad Media son esencialmente guerras de clase. El milenarismo apocalíptico (de los montanistas, dolcianistas y, ya fuera del contexto católico, de los anabaptistas frente al luteranismo) interviene como la cobertura ideológica-religiosa de las sublevaciones campesinas de los desheredados frente al poder político y económico constituido, sea del papado y reinos afines o de luteranos y puritanos calvinistas. La Inquisición, creada como consecuencia de la cruzada contra los cátaros, nació como un mecanismo de represión y centralización religiosa y política.

En suma, las guerras religiosas son algo mas que la lucha para demostrar quien tiene su mejor amigo imaginario. Comprender el funcionamiento de las religiones no consiste en caricaturizarlas sino en saber comprender e interpretar el papel histórico que desempeñan.

sábado, 13 de julio de 2013

Religión y Mercado o Bikinis contra Niqabs. A propósito de una viñeta

Una viñeta que incita a la reflexión y, al mismo tiempo, a la simplificación. Tenemos cierta predisposición a emitir juicios rápidos con muy pocos elementos sobre los que pronunciarnos. El caso es que una exposición simple induce siempre a respuestas simples y a debate simple. Un debate que inevitablemente quedará polarizado en los términos en los que ha sido planteado dejando de lado temas que pudieran ser decisivos a la hora de pronunciarse con algo mas de propiedad.

Nos muestran dos mujeres, una arábiga (prefiero omitir por el momento el calificativo de islámica) y otra occidenta emitiendo el mismo juicio invertido. Los polos serían obviamente el islamismo vs capitalismo consumista (falso concepto donde los haya, pues tras la superestructura de lo efímero, modas y obsolescencia programada lo que existe es una desenfrenada tendencia al productivismo y a la acumulación de capital ilimitada, por encima de las necesidades reales y efectivas, lo que la economía burguesa camufla como demanda agregada o marginal) junto a todos sus ingredientes "ad hoc" mujer invisibilizada por imposición religiosa contra mujer visibilizada como reclamo publicitario sexual. Por supuesto que la descontextualización es evidente: la mujer occidental pasea con un atuendo de playa, que no es el habitual, como para oponerlo al niqab de la mujer saudí.

Tribu Tuareg
Pero, ¿acaso no existen cuestiones intermedias? Desactivemos por un momento los prejuicios y estereotipos. El niqab, antes que un atuendo impuesto por prescripciones religiosas,  es un atuendo tradicional. Pero hay algo más, se trata de la ropa del desierto, la necesaria para evitar la deshidratación y absorber el calor corporal. Cubrir los orificios respiratorios, boca y nariz, tiene una originaria razón de ser: evitar tragar o respirar arena. Fijémonos en la vestimenta de los nómadas tuaregs del desierto del Sáhara, están tapados hasta los ojos. Motivos mas de orden funcional que de control y dominio sexual son los que parece ser que determinan la adopción de un atuendo determinado.

Mujeres amazónicas
Parece ser que esa Eva transgresora y desencadenante de la furia y el castigo divino que hizo nacer el sentido y la conciencia de la vergüenza de la propia desnudéz del cuerpo no ha llegado o no llegó a distintas áreas del trópico  africano y amazónico ni a la Polinesia. Aunque a bastantes zonas sí que llegó, transportada por los misioneros. Tampoco existe en los primeros años de la infancia, cuando los niños se exhiben desnudos en lugares públicos - zonas de baño y playa - con total naturalidad, pese a que ya bastante antes de la pubertad, las instancias socializadoras se encargan de inculcar ese sentido de la vergüenza, el pudor y, por supuesto, el pecado. Han sido precisamente los tres grandes monoteísmos, los transmisores de esa normativa ligada a la virtud y a la pureza que hasta impide acercarse a una mujer con la regla so riesgo de contaminación.

No podemos negar que la religión islámica interviene y, de hecho, ha intervenido en Oriente Medio y Norte de Africa, a partir del siglo VII, como instancia aglutinadora e identitarizadora de las tribus nómadas del desierto, plasmando en códigos escritos, enseñanzas sapienciales y códigos sagrados de prohibiciones y prescripciones, un amplio abanico de normas consuetudinarias. 

Pero cuando una costumbre adoptada por cierto tipo de selección ecológica en un sentido adaptativo y funcional de tipo lamarquiano se incorpora a un código sagrado que hace descansar sus causas exclusivamente en la divina voluntad, bajo pena de castigo implacable a su transgresión, acaba descontextualizándose y, por tanto, traspasando el ámbito ecológico originario que la hizo nacer. Sacralizar el hábito implicar intemporalizarlo y validarlo a todos los espacios, tiempos y contextos. El niqab, dotado de sentido en estepas y desiertos, lo pierde por completo desde el mismo momento en que la obligación de llevarlo llega a las playas, por poner un ejemplo, tal y como aparece en la imagen de la derecha



Los mecanismos de sumisión de la mujer varían de unas épocas a otras, es lo que expresa la imagen. A la izquierda podemos ver un grupo de tres mujeres musulmanas totalmente escondidas bajo el nicab. A la derecha, un desfile de modas patrocinadas por una marca y un diseñador alemán conocido por promover la anorexia, el muy hijo de su madre.

Las causas de uno y otro fenómeno son distintas, como también lo son el tipo de sociedades que promueven unos patrones encaminados a cosificar y en cierto modo a sojuzgar de una forma u otra a la mujer.

La imagen de la izquierda es el resultado de una estructura social patriarcal y guerrera que solo ve en las mujeres meros órganos reproductores sometidos vasalláticamente, apropiados e invisibilizados. Ya he entrado en las causas de la vestimenta de los desiertos donde comprobamos que al entrar la religión por medio, sucede como con el vídeo de los monos que tras ser sucesivamente apaleados por pretender coger el plátano al final dejan de intentarlo.

El caso de la imagen de la derecha se produce en sociedades capitalistas industrializadas que para reproducir el ciclo de circulación y realización de mercancías genera patrones, reclamos e ideologías triviales y efímeras. En eso consiste precisamente el mundo de la moda, no en producir valores de uso para el consumo, en producir objetos para el sujeto sino, a la inversa, en producir sujetos para el objeto, en someter a las mujeres a los dictados del consumo y, si cabe, en transformarlas en Barbies anoréxicas.

No es una cuestión de niqabs vs biquinis lo que se ventila en este artículo, aunque formalmente lo parezca. Por mi parte me parece perfecto que cada cual use la indumentaria que le parezca, ¡hasta ahí podíamos llegar! Es un tema irrelevante, mucho mas allá de la prenda de vestir. Ni el problema de la mujer islámica se reduce al niqab o al niyab ni el de la mujer occidental al biquini, al triquini o al top less (habitual, por otra parte, en melanesia, polinesia, África ecuatorial, etc, tal y como reflejo en el artículo).

Se trata de simples símbolos externos, meras puntas del iceberg y si un análisis se redujera a eso exclusivamente quedaría sesgado, se quedaría en la superficie perdiendo el fondo que es, a efectos del tema que tocamos, lo que realmente importa. No se trata de una cuestión moral, pues la moral es siempre relativa y subjetiva, aunque hemos de destacar que los puritarismos aparecen y reaparecen en la historia con fines represores siendo el principal el control y apropiación de la sexualidad y sus formas de expresión.

Se trata de una mas de las muchas implicaciones del fetichismo de la mercancía, algo de lo que dio cumplida cuenta Carlos Marx en el Libro Primero de El Capital donde describe un mundo en el que los objetos cobran vida propia y someten a las personas. En el texto de Baudrillard "la génesis ideológica de las necesidades" se describe el peculiar lenguaje del mundo del consumo, y cuando hablamos del consumo nos estamos refiriendo básicamente a las dos relaciones sociales cósicas que subyugan al hombre moderno: la Mercancía y el Capital.

Sobra decir que el funcionamiento y lenguaje de la mercancía está totalmente deshumanizado y el mundo de las cosas solo encuentra en los humanos cosas. Somos cosas básicamente: como productores de mercancías, fuerza de trabajo que se vende en el mercado y como receptores de mercancías, adquirentes de cosas que muchas veces no necesitamos pero que nos las imponen las propias cosas (existen unos trabajos bastante interesantes sobre el concepto de necesidad de la Agnes Heller, discípula de Lukács) y en aras de este mundo de cosas para las cosas y por las cosas, la mujer entra de lleno en esta vorágine cosificándose, deshumanizándose, abstrayéndose como ser irreal o, peor aún, como tipo ideal, generándose patrones de la femineidad y de lo mujer plenamente alejados de la mujer concreta y real.

La femineidad no envejece nunca, tiene la piel tersa y suave, sus proporciones físicas se encuentran al borde de la anorexia (en el artículo puedes ver la foto de un diseñador alemán hijodeputa desfilando al frente de un coro de modelos anoréxicas), huele a aromas seductores, etc, etc,. A esa cosificación prefiero llamarla esclavitud, subsunción y sujección al estereotipo establecido. Es la imposición invisible, tan dura y cruel como esa mano invisible de la que Adam Smith cantara las mil maravillas, porque en realidad es una mano de hierro cruel e implacable.



Religión y mercado por distintas vías acaban coincidiendo en inhumanidad y misoginia.


lunes, 27 de mayo de 2013

La humanización de los animales inteligentes

Me llamó mucho la atención una noticia que tenía el siguiente titular: India prohíbe los espectáculos de delfines y los declara personas no humanas justificando la medida en que Los cetáceos son, en líneas generales muy inteligentes y sensibles. Científicos que han investigado el comportamiento de los delfines han sugerido que la inusualmente alta inteligencia, en comparación con otros animales, significa que los delfines se debe considerar como personas no humanas; y como tales deben de tener sus derechos específicos. Es moralmente inaceptable mantenerlos en cautiverio para fines de entretenimiento

Antes que nada, aclarar que no es mi intención posicionarme ni a favor o en contra de la medida adoptada por el gobierno indio. Aquí tenemos el vicio de tomar partido sobre cualquier tema antes de proceder al examen y análisis crítico de la noticia dejándonos llevar por nuestros instintos, prejuicios y sentimientos de forma previa y acrítica.

Me resulta llamativa la figura de persona no humana referida a animales. En el mundo del derecho no es novedosa ni extraña la figura de persona no humana. Cualquier estudiante de primero sabe distinguir entre personas físicas y personas jurídicas, e incluso de personas jurídicas no integradas por personas físicas, como las fundaciones, masas patrimoniales adscritas a un fin. Pero nos estamos anticipando.

El concepto persona tiene su propia historia y no procede del mundo del derecho sino del teatro grecorromano. Los griegos entendieron el teatro, mas que como una simulación literaria, como la escenificación de una lucha contra el destino. Máscara significaba persona, de per sonae, lo que permitía atravesar el sonido, literalmente. Algo bastante curioso puesto que se trataba precisamente del artefacto que permitía al actor ocultar su personalidad creando al mismo tiempo la del personaje. La personalidad teatral será, por tanto, la proyectada a través de la máscara.

En el mundo romano la persona salta del teatro al derecho revistiendo unas connotaciones formalistas que guardan cierta similitud con el mundo teatral. Conceptos como actor, sujeto o acción delimitan una esfera de intervención del ciudadano, que no individuo en los ámbitos de lo público y de lo privado. No todos son sujetos ni personas. Los esclavos, en tanto que cosas, no pueden serlo. La identidad humano=persona excluye a un inmenso grupo de los primeros y la personación en un caso implica delegación y otorgamiento de poderes a terceros, es transferible.


Mucho antes de que irrumpiera la psicología moderna otorgando el sentido mas usual de lo que hoy entendemos por personalidad, la premedicina hipocrática y galénica ya había esbozado, dentro de su teoría de los cuatro elementos, la de los cuatro humores o temperamentos; colérico, melancólico, sanguíneo y flemático, entendiendo que la prevalencia de unos líquidos sobre otros determinaban el carácter del individuo. A través de este proceso se culmina una noción de personalidad ligada a la identidad psíquica del indivíduo, precisamente todo lo opuesto a la máscara tras la que se oculta, sea en sentido teatral, social, económico, jurídico o político. La máscara creadora de personas acabó transformándose en la máscara negadora de la personalidad.


La declaración del Gobierno Indio parece muy acorde con ciertas tendencias occidentales ligadas al llamado especismo, mas concretamente, con movimientos que tienen una fuerte carga antropocéntrica y humanizadora como el Proyecto gran simio que igualmente busca el reconocimiento como personas de orangutanes, gorilas, bonobos y chimpancés. Sin embargo, no olvidemos que se trata de Oriente y de una cultura en cuya concepción del hombre y la naturaleza no existe la brecha cartesiana y en la que la cadena del ser aristotélica se considera extraña tratándose de un universo en el que todos están unidos como elementos de un todo.

Por otro lado, como complemento paradójico a lo dicho en el párrafo anterior, los mas críticos han destacado el sistema de castas de la India que, aunque legalmente abolido, sigue de facto vigente en amplias zonas del país, lo que vendría a implicar que bajo tan estricto sistema de estratificación social no resulta demasiado coherente aludir a la personalidad en sentido humano propiamente dicho.

En cualquier caso, el especismo (antiespecismo es el término correcto) no deja de ser un brindis al Sol. Cuando me hablan de los derechos de los animales inmediatamente me siento obligado a corregir: "la protección que dispensamos a ciertos animales, querrás decir". La personalidad es un atributo tan humano como el lenguaje articulado, la esfera de derechos atribuidos a la persona son posibilidades efectivas de activarlos y tanto los delfínidos como los simios antropoides nunca dejarán de ser meros sujetos pasivos sujetos a tutela bajo la perspectiva de nuestro mundo antropomórfico. Son inteligentes, es cierto, son sensibles y viven inmersos en una colectividad en la que estrechan fuertes vínculos sociales y lazos afectivos, pero ni son humanos ni humanizables. Nos sentimos reflejados en ellos, de ahí nuestra empatía, pero ellos no son nosotros. Desde un punto de vista puramente egoísta sería mucho mas urgente la defensa de las abejas como agentes polinizadores necesarios para la agricultura y, por ende, nuestra propia supervivencia, pero su protección no tiene por qué implicar su personalización jurídica


Recuerdo que, en una visita al delfinario de la Casa de Campo con mi familia, lo que más me llamó la atención no fue el espectáculo de los delfines, con toda su parafernalia de domadores, de saltos y piruetas inducidos por métodos conductistas  (los domadores tenían muy a mano los oportunos arenques para premiar sus malabarismos), nada de eso me impresionó lo más mínimo. Sin embargo, lo que si me llamó la atención fue algo que presencié bastante antes de que comenzara el espectáculo, sin domadores ni adiestradores delante, vi y tomé con la videocámara, como, espontáneamente, un joven delfín arrojaba al aire una piedrecita, la recogía con la boca y nuevamente la lanzaba hacia arriba, exactamente igual que un niño con una pelota. Movido por el mero placer de su ejercicio, reforzaba el perfeccionamiento de sus pautas motoras.  

Los delfinarios, en eso concuerdo plenamente, como los circos que usan animales, son espacios lamentables en los que se muestran animales adiestrados y maltratados como objeto de diversión: leones que no son leones, delfines que no son delfines, orcas que no son orcas. Deberían prohibirse, aunque dejando aparte disquisiciones sobre su personalidad, que sí que la tienen, y por eso lo hacen de forma voluntaria, los domadores, trapecistas, etc.




El caso es que los delfines nos caen bien. Los encontramos simpáticos, juguetones y sonrientes. No es que sonrían realmente, es que la forma de sus bocas las leemos como sonrisas; son las jugarretas que nos suele gastar nuestro cerebro, al que incluso puede invadir un sentimiento de ternura la foto de una tarántula, como la que tenéis a la derecha, con sus ojos grandes  y cara peluda, a la que podríamos identificar fácilmente con un simpático peluche de los que aparecían en los teleñecos. Paradojas de nuestra mente proyectiva

lunes, 15 de abril de 2013

Ni dios creó al hombre ni el hombre creó a dios


Parafraseando el dilema existencial de Hamlet, el cartel que reproduce la escena de la creación de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina situado a la la izquierda formula la siguiente pregunta: "¿Dios creó al hombre o el hombre creó a Dios? Esa es la cuestión". 

Se trata de un caso, como muchos otros, en el que la misma pregunta induce la respuesta a dos bandos o a dos bandas. Pero si la realidad la contemplásemos en términos dicotómicos que tan solo aceptan respuestas alternativas del tipo "Sí o No", "Blanco o Negro", "Café o Té", ... nuestra visión de la realidad sería muy pobre. Una forma de esquilmar el pensamiento consiste precisamente en forzar las preguntas para determinar las respuestas

Si hubiera que contestar, a bote pronto, no me posicionaría ni por la primera ni por la segunda respuesta, y no se trata de la búsqueda de una respuesta ecléctica mezcla de las dos. De lo que se trata, mas bien, es de, dejando al margen  cuestiones como la negación del origen sobrenatural del hombre o  la existencia objetiva de entes divinos, problemas que tan sólo lo son para el pensamiento religioso, de lo que se trata, repito, es de ir mas allá de la dicotomía reduccionista de la cuestión así como de dar entrada a otro tipo de temas como el origen de las ideologías, entre ellas, la religiosa, así como su evolución y desarrollo y la interacción entre la evolución y desarrollo del hombre y sus construcciones ideológicas tomadas tanto como agentes causales y como consecuencias en un circuito de retroalimentación circular.


Al mismo tiempo que las sociedades evolucionan y se desarrollan, las ideas que estas mismas generan también están sometidas a determinadas leyes de cambio y transformación y en esta evolución la idea de dios no nació en el origen de los tiempos. Dios evolucionó de modo análogo a otras formas de vida. Así lo podemos ver, aunque con ciertos matices, en el dibujo de la derecha

Cierta escuela de pensamiento establece una clasificación de las religiones en primarias (animismo, númenes,
magia ..) secundarias (politeísmos) y terciarias (monoteísmo). La clasificación es, al mismo tiempo, una fasificación de la evolución y desarrollo del pensamiento religioso

Las llamadas religiones o creencias primarias fueron ideas numinosas y consistieron básicamente en la atribución de poderes mágicos a los animales, a las plantas y, en general, a los fenómenos naturales: lluvias, tormentas, vientos, sol, luna y astros. Lo que, en otros contextos se le ha dado en llamar animismo, como principio vital que impregna la realidad, entrando en contacto las distintas culturas mediante la magia y la invocación ritual.

El caso es que los númenes, en el espacio de lo imaginario, evolucionan y no se antropormorfizan a la primera, de modo que el pensamiento numinoso del paleolítico y neolítico inferior acaba derivando en el politeísmo propio de las religiones secundarias hasta alcanzar, finalmente, el monoteísmo de la Edad del Bronce.

La estructura social y su base económica, en la medida en que la estratificación social y el sistema de jerarquía propia de los despotismos asiáticos va tomando forma, generarán sistemas monoteístas. El modelo de la divinidad será, por tanto, el del sátrapa oriental concebido, en muchos casos, como el faraón bajo el antiguo Egipto, hijo y descendiente directo de la divinidad.

Así que lo que tenemos es un bucle: en la medida en que los hombres crean a los dioses, estos últimos, como objetivaciones suyas, adquieren su propio margen de realidad y objetividad (al fenómeno se le llama fetichismo), de modo que se establece un diálogo y mediación entre ambos y un pleno sometimiento de los hombres a la voluntad de los dioses, por los que a menudo son poseídos y dominados

miércoles, 9 de enero de 2013

Las respuestas dadas a la cuestión de la religiosidad humana


La religiosidad del ser humano ha sido una constante ya desde el paleolítico. El hecho es que la humanidad ha sido religiosa en su totalidad a lo largo de toda su historia e incluso lo sigue siendo en el tiempo presente.

No pretendo aquí responder a la pregunta sino más bien plantear las distintas respuestas que se han ido dando al tema desde distintas posturas ideológicas y filosóficas. Así, y sintetizando, distinguiríamos las dadas por:

EL RELIGIOSO CREYENTE: Es la posición "emic" propiamente dicha, del que enjuicia su propia creencia desde el punto de vista del mismo sistema de creencias en el que se halla inmerso. Como "criatura" se siente creado y, como tal, entra directamente en comunicación con los entes sobrenaturales sobre los que proyecta sus creencias. Considera que su fe es un don otorgado por los dioses que en un momento determinado revelaron a determinados visionarios y profetas el origen del mundo y el sentido de su existencia.

Auguste Comte
EL POSITIVISTA Concibe la religiosidad como un problema gnoseológico y que, ante la carencia de unos conocimientos científicos y racionales adecuados acerca de la naturaleza, el hombre pre-racional se vale de fantasías para comprender el funcionamiento de la naturaleza. El avance de la ciencia implicará el paulatino abandono de las supersticiones pre-científicas y su sustitución por una concepción del mundo racional y positiva.

FEUERBACH: Pensaba en síntesis que la religión implicaba la alienación del hombre en dioses y seres sobrenaturales creados por el mismo hombre a su imagen y semejanza  y que solo destronando a esos dioses y colocando en su lugar al hombre se logrará el equilibrio humanista y el fin de la alienación, quedando la religión, palabra que procede del latín, "religare" (reunir) , como un asunto entre hombres y no entre hombres y dioses
Ludwig Feuerbach

EL MARXISTA Concibe la religión como un problema de alienación de la realidad humana: los hombres crean de forma inconsciente dioses que los someten y los dominan, como expresión del dominio que ejerce la naturaleza sobre el hombre en la producción social de su existencia. Las sociedades estratificadas en clases afianzan este extrañamiento construyendo dioses similares a los déspotas y sátrapas que los subordinan y la religiosidad sólo podrá ser superada una vez que se superen las relaciones de producción clasistas y los hombres entren en contacto entre sí y entre la naturaleza de forma diáfana, eliminándose las brumas y opacidades de la conciencia religiosa.

EL EVOLUCIONISTA: Piensa que la religiosidad ha sido una adquisición ventajosa desde el punto de vista de la selección natural, ayudando a la supervivencia de nuestra especie, la religión se adecúa a las estructuras cognitivas y de percepción, de modo que con la visión proyectiva que suministra la óptica religiosa, el hombre  ha podido afrontar problemas y resolverlos ventajosamente. Desde este punto de vista dios residiría en el cerebro e incluso en los genes, de modo que la superación de la religiosidad no sería posible dado que se encuentra incorporada fisiológicamente en el hombre, es decir, forma parte integrante de la naturaleza humana.
Carl Jung

EL PSICOANÁLISIS DE FREUD Y JUNG. Freud ligó la religión al problema de la represión y sublimación así como a la rebelión y asesinato del padre, lo cual habría producido un posterior arrepentimiento y deseo de restablecer la figura paterna sublimándola como Padre Celestial. Jung, por su parte, construye su teoría de los arquetipos, como estructuras profundas elaboradas en el subconsciente colectivo que reproduce mitos homólogos y análogos de naturaleza religiosa en todo el planeta.

NIETZSCHE. Bueno, para terminar, Nietzsche enfoca particularmente su visión de la religión y la religiosidad en dos religiones, la judía y la cristiana, concebidas, sobre todo la segunda, como una creencia propia de esclavos y espíritus débiles y gregarios, incapaces de autodeterminarse por sí mismos en una ética superior.
Friedrich Nietzsche

Bueno, aquí queda más o menos planteado el tema, que quizá admita más matices aunque en el fondo sintetiza lo que es la religión y la religiosidad desde el punto de vista de los distintos ateísmos modernos y contemporáneos.

La perspectiva evolucionista es, desde luego, un buen punto de partida, aunque tampoco debemos dejar atrás nuestra naturaleza social y cultural. En la actualidad se ha reabierto de nuevo el debate entre la sociobiología y el culturalismo y un punto central es el de la "Tabla Rasa" de la mente humana (Os recomiendo un ensayo del psicólogo experimental norteamericano Stephen Pinker, con ese mismo nombre).

Si bien el paradigma culturalista que percibe nuestra mente como una pizarra en blanco a la que la educación e interacción social va llenando de contenido - de ahí el concepto tabula rassa - hunde sus raíces en el pensamiento de la ilustración, por su parte, el sociobiologismo, de la mano de las nuevas técnicas de experimentación de las estructuras cognitivas del cerebro, relanza nuestra naturaleza animal y la idea de que nuestras instituciones culturales residen en el cerebro.

El ateísmo de Nietzsche no era un simple ateísmo contemplativo e interpretativo, era un ateísmo de combate, una afirmación de la vida frente a las tinieblas y la tenebrosidad.
Enterramiento neandertal

Por otro lado, las creencias del hombre primitivo no son propiamente religiosas sino pre-religiosas, mágicas, y la magia no se entendía como un culto sino como un arte, como una intervención en el curso causal de los acontecimientos encaminada a obtener un provecho. Casi todas las intervenciones mágicas parten de un principio de lo analógico (algo parecido a la homeopatía) basado en la idea de que con lo análogo se interviene sobre lo análogo.

En cuanto a los enterramientos o la costumbre de echar flores sobre las fosas, solo tenemos datos, se sabe que los neandertales enterraban a sus muertos y se han encontrado restos de pólenes que indican que arrojaban flores. Pero resulta precipitado obtener conclusiones sobre presuntas creencias sobrenaturales, tambien es posible - así lo apunta Marvin Harris - que el enterrarlos fuera para evitar los olores de la descomposición y putrefacción o que las flores se arrojaran como un ambientador.

Acerca del pensamiento del hombre primitivo y su sentido de lo religioso es bastante curiosa la anécdota contada por  Andrew Lang (Mitos, cultos y religión) a propósito de un misionero llamado Robert Moffat. Los bosquimanos del suroeste de África creen en un mito que nos revela que los hombres y los animales salieron de una cueva o de una grieta a la superficie terrestre en una parte del norte donde aseguran ver aún las huellas que dejaron los primeros hombres y animales.

El citado misionero les indicó que ese mito era absurdo y les narró la historia de la creación del Génesis. Lo que no esperaba es que los nativos encontraran igualmente absurdo el relato de la creación: "Ustedes no estuvieron en el paraíso y no pueden saber lo que había ocurrido allí, mientras que nosotros podemos encontrar en la arena las huellas del primer hombre"

Se trata de un tema que no es nada baladí y su complejidad es tal que requiere para contextualizarlo el concurso de distintas áreas de estudio. la historia, la antropología, la sociología, la psicología cognitiva y experimental, la biología evolucionista y, para algunos, la genética y el psicoanálisis.

Las distintas explicaciones dadas han sido enumeradas por separado, pero eso no significa que no puedan ir juntas complementándose las unas a las otras, pues el hombre no busca a través de la religión solo la comprensión del mundo y los nexos causales de los fenómenos naturales (visión positivista) también quiere comprender el sentido de su propia existencia, su destino, su Yo, busca dotarse de un sentido tanto a sí mismo como al mundo que le rodea. Desde que adquirió conciencia de su realidad y finitud afiló una mente profundamente proyectiva e intencional, dotando de proyección e intencionalidad no solo a sí mismo, sino al mundo de los objetos que lo rodean.
Noosfera

Existe otro aspecto: el de la noología. Me explico. La idea de noosfera o mundo de las ideas es relativamente reciente, se la debemos al paleontólogo jesuita francés Pierre Teilhard de Chardin. Cuando las ideas se desvinculan de su productor acaban adquiriendo vida propia e incluso adquiriendo una objetividad que acaba imponiéndosenos incluso de forma implacable. Así que si conectamos el mundo de las ideas con el concepto de alienación (o sus distintas variables, enajenación o extrañamiento) encontramos una de las bases de la existencia de los entes religiosos: númenes, espíritus, dioses y Dios.

Nuestras ideas acaban adquiriendo vida propia, como la criatura del Doctor Frankenstein, desligándose de las conciencias que las han creado y sometiéndonos a sus caprichos, imponiendo nos normas, rituales, sacrificios e incluso comunicándose con nosotros. ¿Existen los dioses? Desde una perspectiva platónica, en tanto que ideas que se independizan de nuestra conciencia, existen, desde luego.
Gautama Buda

Es que no se debe confundir religiosidad con creencia en dios o con creencia a secas. Una cosa es que todos los creyentes sean religiosos y otra muy distinta que todos los religiosos tengan que ser creyentes. Religiosos ateos te los puedes encontrar en todas partes e incluso, ¿por qué no? religiones ateas, pues el budismo y el jainismo en oriente y los cuáqueros en occidente, siendo religiones cargadas de espiritualidad, prescinden del dios personal rector del universo y aunque el mismo Gautama (Buda) admitía la existencia de dioses, estos eran mortales, como los hombres.

Tampoco vamos a caer en el holismo y asegurar que cualquier devoción humana es una religión. Devociones y obsesiones las tenemos a patadas en la sociedad actual: por el fútbol, por la política, por el arte, los móviles,  o cualquier hobie absorbente como el coleccionismo de coches, sellos, ...,  
Culto a los Kim en Corea del Norte

El caso es que aún encontrando muchas connotaciones y similitudes con las religiones no son religiones propiamente dichas. Aunque nos podemos topar con fenómenos sorprendentes como, por ejemplo, tras la muerte del sátrapa coreano Kim Jong Il, el despliegue profundamente religioso con llantos programados o el hecho de que ese sea el único país del mundo donde el Presidente vitalicio es un muerto, su antecesor y fundador del Estado, Kim Il Sung, ante cuyas imágenes es obligatorio postrarse de frente y orarle en señal de veneración.

En cualquier caso, el chip religioso lo tenemos puesto y muy bien puesto y lo activamos a la primera de cambio, solo hace falta que nos presenten al objeto a venerar: en torno a Elvis Preley se ha construido una religión, algunos de sus seguidores aseguran que está vivo, y sus devotos, al igual que los musulmanes con la Meca, peregrinan anualmente a Tenessee, lugar donde está enterrado, con Camarón de la Isla pasa un tanto igual, incluso ves pegatinas con la leyenda "Camaron Vive", igual que Jesucristo, las coreografías de Joaquín Cortés, con los brazos en Cruz, tanto de lo mismo.
Culto a Elvis Presley

Y es que la construcción de religiones en torno a ídolos del tipo que sea, de música por, se entregas cinematográficas, de novelas de ficción, se ha convertido incluso en una estrategia de marketing, de mercado para el lanzamiento del producto. Al creador de la saga de la guerra de las galaxias, George Lucas, le recomendaron que creara una religión y se puso manos a la obra, creó la religión Jedi que, por cierto, tiene muchos devotos y seguidores, el ídolo Pop se lanza al mercado con su correspondiente club de fans, es decir, de adoradores, las entregas de Harry Potter, Crepúsculo, el Señor de los Anillos, tanto de lo mismo  

Y en cuanto a sucedáneos posmodernos de la religión, el mundo de los extraterrestres nos ha provisto de un arsenal ¿Cuántas sectas se habrán creado en torno a los extraterrestres, cientos, miles? Una nueva visión del Universo distinta a la bíblica, que concebía el mundo como una tierra plana recubierta de una semiesfera llamada firmamento que servía de tapadera como una quesera, que ha abierto la posibilidad de concebir la existncia de miles de millones de soles y de planetas orbitando a su alrededor no nos ha provisto de mayor racionalidad sino de una nueva mitología adaptada y, con ella, de nuevas religiones y de apariciones. Si antes la que se aparecía era la Virgen ahora son los ovnis los que se nos aparecen.
Culto a Camarón

La religión no siempre ha sido teísta. En sus comienzos fue animalista, una derivación de la palabra animista. La religión, como todas las nociones culturales, ha sido sometida a los avatares del tiempo y de la evolución, se ha ido transformando y adaptando a distintas épocas y circunstancias, pero todas las religiones cuentan con un sustrato común, el de la inserción del hombre en la realidad que más bien es su realidad, su marco de existencia y desarrollo vital. En este contexto, hablar de religión equivale a hablar de mediación.

Es cierto que nuestro cerebro, básicamente proyectivo y finalista, nos predispone a creer, pero tambien es cierto que no estamos condenados a sobrevivir eternamente con esa predisposición e incluso, en determinadas circunstancias favorables, la podemos superar (algunos, por supuesto) aunque no siempre resulta tan sencillo.

Un católico como Chesterton decía que cuando se deja de creer en las religiones establecidas se empieza a creer en cualquier cosa y en parte es cierto; de la crisis de las religiones quienes acaban sacando tajadas son las sectas de todo tipo, sean "New Age", cienciologías, creencias esotéricas, veganismo, homeopatía, moonies, etc que se aprovechan de esta impronta, de esta predisposición a creer. Es algo así como el principio de conservación de la energía según el cual ni se crea ni se destruye, solo se transforma, pues con las creencias sucede tanto de lo mismo. 
Gnosis

El hombre es un ser fuertemente existencial, pasional y proyectivo y el simple conocimiento del funcionamiento causal de las cosas no sacia esas pulsiones existenciales y la búsqueda de sentido, más aún que la de conocer, siempre le llevará a mediar su existencia, sea con religiones seculares, con religiones profanas o con neoreligiones, el caso es sentirse unido y vinculado a empresas comunes.

Si la empresa es la construcción de una nación, ya tenemos fundada una nueva religión con sus correspondientes símbolos sagrados a los que rendir culto, que se llaman banderas, a las que se besa y saluda marcialmente como antaño se hacía con los santos y los crucifijos, ya tenemos sus mártires y santos a los que rendir veneración, las llamar que no se extinguen en honor al soldado desconocido, los monumentos a los caídos, con sus mitos fundacionales según los cuales en la fundación de la nación participaron personajes legendarios con poderes sobrehumanos,  etc, etc, etc.

la transcendencia no es una característica común a todas las religiones sino a determinado grupo de religiones. En las tres grandes religiones monoteístas del libro: judaísmo, cristianismo e Islám, han surgido sus correspondientes ramas gnóstícas. La gnosis, de la que derivan el ascetismo y el misticismo, es un sistema religioso basado en la introspección y la adquisición del conocimiento mediante la iluminación interior y la elevación espiritual.

Los gnósticos cristianos, perseguidos por la Iglesia oficial como herejes, establecieron varios grados de iluminación: El inferior era el de los hílicos, incapaces de ver más allá de la materia, el segundo grado era el de los psíquicos, que atisbaban un mayor nivel de conocimiento, el tercero, el de los pneumáticos, plenamente iluminados por el espíritu y, el último, el estado de plenitud total, el de la gnosis, equivalente al karma en la India (hay que tener en cuenta que la impronta gnóstica es básica en oriente: jainismo, hinduismo, budismo ...) Sin embargo, la corriente que siempre triunfó fue la oficialista, la dirigida por sacerdotes, imanes y rabinos, puesto que también el Islam conoció su variante gnóstica en el sufismo y el judaísmo con la Kábala.

El caso es que junto al transcendentalismo ha funcionado el inmanentismo, muy arraigado en las creencias griegas en las que Dios no es razón transcendente sino inmanente al mundo en un contexto monista. El dualismo cuerpo/alma, sin embargo, no siempre operó en el panorama religioso. La creencia en la resurrección de los muertos que aún se recita en el Credo fue en sus comienzos literal e incluso la nueva Jerusalén predicada por Jesucristo, tras la catarsis operada de forma inminente mediante la llegada del fin del mundo era tambien literal, no un mundo celestial o del más allá.

Existen las llamadas necesidades religiosas, de acuerdo e incluso desde ciertos puntos de vista se considera la religión como un servicio. En algunos planes de ordenación urbanística suelo ver a menudo el concepto "dotacion de espacios para servicios religiosos". Aunque se puede considerar que la necesidad religiosa es una variable histórica y sociológica, no es, ni mucho menos, una constante como el servicio de suministro de agua potable o de recogida y tratamiento de resíduos sólidos urbanos. Aunque hoy día la tecnología, incidiendo en la procura existencial, ha incorporado otras muchas necesidades: el PC domèstico, Internet, el teléfono móvil, etc.