viernes, 20 de enero de 2012

Mi Religión es la única verdadera porque es la mía


 

"Mi Religión es la única verdadera porque es la mía" no viene escrito en ningún texto sagrado, tampoco lo reconoce ninguno expresamente, pero es el argumento implícito de todos los creyentes, la base última en la que basan su fe y seguridad en sus propias creencias: "Lo mío es lo mío y, por fuerza, tiene que ser lo único verdadero, porque lo de los demás es el error, la ignorancia, la herejía, el paganismo, los bárbaros (que son, ciertamente, los demás, los extranjeros)" Es la tesis que descansa en quien asegura que Jesús fundó la Iglesia Católica y que el protestantismo es una falacia, de quien asegura que el único libro revelado por Dios es la Biblia, que los demás, llámese Corán, Avesta, Libro de Urantia, Mahbarata y Baghavad Ghita, Lalita Vistara, etc, son obras fruto de la ignorancia y la superstición humanas, producto del delirio y el éxtasis de dementes alucinados, etc.


Las culturas se nos presentan así, revisten un carácter absoluto para el que las practica, representan los vértices últimos en los que se mueven quienes a ellas están adscritos, no admiten mas punto de referencia que no sean ellas mismas y para justificarse y legitimarse acuden continuamente a las mismas fuentes que ellas mismas han construido para sí mismas, recurren a sí mismas, su valor radíca en su propia recurrencia, en la tautología, en un círculo vicioso donde de ellas parten sus mismos postulados así como sus consecuencias.

Nosotros no elegimos a las religiones, son las religiones las que nos eligen a nosotros. Factores meramente contingentes como nuestra pertenencia a una determinada constelación geográfica, política y cultural, son los que están en la base de nuestras mas firmes creencias y convicciones: el mismo argumento que tiene un chino para ser budista es el que tiene un italiano para ser católico.


Esa es la base última de todas nuestras verdades, de que nuestra iglesia infalible o la de que las demás creencias sean simples "falacias" o "estupideces", que los únicos mártires que han dado testimonio son los de Cristo, porque los de los demás no han muerto por su fe, se han dejado matar en nombre de absurdas y ridículas supersticiones.


Aunque las restantes mitologías registren también fascinantes resurrecciones: Isis hizo volver a la vida a Osiris tras recomponer los trozos de su cadáver, Krisna resucitó al tercer día tras haber sido atado a un árbol y atravesado por una lanza, las historias de Dionissos, Mitra, Attis, Adonis, Tammuz, Baco, Atune, etc, narran el mismo evento cósmico, un mismo arquetipo, parece que solo una, la que corresponde a tu propia constelación geo-cultural, es la que reviste todos los caracteres de la verdad y la certeza absolutas.

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